jueves, 5 de julio de 2007

A la espera del bus...

Hagamos un poco de retrospectiva, y es que cuando me paro a pensar...

¿Os habéis fijado (los que vivan tranquilamente) en las personas que llenan los buses? las miles de personas que pasan por estos, y las innumerables ideas que les rondará por la cabeza a la espera del "transporte publico".

Pues hoy me encontraba en una de esas esperas, que para la mayoría de las personas les suele ser tediosas, pero para mí, las intento convertir en momentos para reflexionar.

Y es que, cuando me encuentro en esa situación, estando en un sitio desconocido, a la espera de alguien que no conozco, rodeado de personas que no me hablan, no intercambiamos miradas, nada nos une, bueno... nada, nada no, nos une el sentimiento de espera.

En esos momentos, es cuando me pongo a pensar en muchas cosas, pienso en las personas que me importan, en como les va, en las personas a las que quiero, pero no soy capaz de decirle nada. En mi familia y sus formas de ver las cosas, en miembros de mi familia con los que comparto ideas fijas, en que va a ser de mí en un futuro, lo que me gustaría hacer, lo que no debería de hacer con tanta asiduidad, lo que debo dejar y lo que debo retomar.

Y es que, cuesta tanto esperar a un autobús... y aunque no lo creáis, en un autobús uno puede hacer amigos, solo nos falta algo de iniciativa.

Una vez, estaba en dirección a ninguna parte, cuando una mujer se sentó a mi lado, saco un comic (de dragon ball) y comenzó a leerlo, en ese momento... comencé a hablarle. Y son estos momentos, en los que crees conocer a las personas, y aún así te sorprenden. No revelaré lo que esa mujer me dijo en ese día, pero me dejó bastante intrigado, tanto, que al bajarnos del autobús, la abracé como si fuera alguien que conociese de toda la vida y le dije:

"Sí no vuelvo a verte, espero que todo te vaya bien, y quiero que sepas, que eres una gran persona... y aunque no te haya conocido antes, ni hablado, siento que eres una parte de mi"

En ese momento, ella me abrazo, me sonrió... solo dijo... ¿eres Tauro?.

Y hoy, sumerjido en mis recuerdos... pude ver a una señora taciturna, su cara era arrugada como el papel maché, y vestía con arapos típicos de la edad, y su mirada, dios... esa mirada valía más que cualquier libro de Historia, era una mirada cansada por las vivencias de la edad, y a su vez por la experiencia que da la misma.

Nadie quería cederle el asiento, así que me ofrecí... y me senté en el suelo (suelo estar mas agusto) junto a un montón de colillas, y ella me dijo:

"¿ Porque te sientas en el suelo ? pudiendo estar de pie como los demás...

y yo le dije con una sonrisa burlona... " porque seguro qué usted habría hecho lo mismo ".