sábado, 27 de diciembre de 2008

No, no podemos...

Seamos sinceros y pensemos por un instante en la carencia que tiene esta sociedad en base a la unidad familiar reafirmándose que los niños de hoy en día culpan de su fúturo fracaso a la pérdida de interés por un mal encauzamiento de la unidad familiar, expertos afirman que se debe a un mal sistema educativo, otros sin embargo piensan en el método agresivo como mejor solución: "un par de ostias y se les quita la tontería". Bajo mi punto de vista la sociedad menor de hoy está destinada al fracaso completamente...

Piensenlo por un momento: miles de anuncios de televisión que embotan y deprimen, medios internetizados que les convierten en bustos parlantes, miles de modas absurdas que no hacen más que etiquetarles y perjudicarles una y otra vez, telefonías móviles que les hacen ser esclavos del consumismo, alcoholismo y orgasmos múltiples fomentados por una sociedad donde el que "no apoya no folla", miles de drogas sintéticas o caseras que consiguen hacerles más esclavos de lo que ya son, prensa rosa, prensa amarilla, informativa, destructiva, ávida de objetivos y con un único fin: la destrucción de la humanidad tal y como la conocemos.

Ronald Macdonal se cansa de hacernos ver que su comida está buena y es saludable, a cada paso que doy hay un Starbucks diciendo que la cafeína es la salvación a mis lunes mañaneros, Moviestar me recuerda cada año que su compañía invierte miles de millones en publicidad azul y en Fernando Alonso, Telecinco sigue ofreciéndonos la carroñosa parrilla que tiene. A cada momento que pasa se pierde una oportunidad más para que los miserables rastreros que creen gobernarnos con sus pañuelos y sus tediosos coches nos hagan de las suyas y nos conviertan más y más en números bancarios y letras rojas... como lo odio, como lo detesto, quiero que paré, que cesen las voces que me dicen que todo lo que veo no va a cambiar, haz que pare...

Guerras y muertos, personas tirando zapatos a presidentes de pacotilla, epidemias, hambre, violaciones, ricos llenandose las carteras, odio, racismo, peleas, enemigos, depresiones, confrontaciones, malentendidos, abusos, atracos, matanzas, dictadores, supervivientes, personas sentadas delante de una televisión, necios creyéndose listos; todo esto es lo que nos depara y nadie puede evitar que los trágicos sucesos se repitan por todo el resto de la eternidad.

La humanidad está destinada al fracaso a menos que aprendamos de nuestros errores, si seguimos asi entraremos en una nueva dictadura impuesta por nosotros mismos siendo sumisos en todos los áspectos.

No sé porqué lo llaman vivir, deberían llamarlo sobrevivir...

viernes, 19 de diciembre de 2008

Guardianes del Centeno



Creo en Holden Caufield y en el libro y en lo que decía a una generación perdida repleta de hipocresía.

Poco tiempo me faltó para hacerme con un ejemplar de bolsillo de “El Guardián entre el centeno” obra escrita por J. D. Salinger con una exquisita forma y estructura, relatando las desventuras de un joven critico y depresivo destinado a desfallecer ante las adversidades de un mundo lleno, según él, de hipocresía y cosas mundanas sin sentido alguno.

Este enigmático libro en su más dulce forma es igual a querer suicidarse por todo lo que nos rodea ya sea importante, nimio o simplemente tedioso. Es un libro para reflexionar sobre lo que nos rodea lo que nos engulle cada día con su más decadennte mirada, las historias vividas que con el paso de los años solo nos dejan ese áspero y amargo recuerdo que siempre queremos olvidar. Holden Caufield es muy claro a la hora de relatarnos en primera persona sus impresiones acerca de la desfachatez humana y sus consecuencias más cercanas.

Mi conclusión personal sobre el libro ha sido que a medida que crecemos nos vamos dando cuenta de lo insípida que se vuelven las relaciones, las prioridades cambian y solemos reaccionar más ferozmente cuando sabemos que las intenciones no son más que meras promesas que nunca se van a cumplir, la pérdida de identidad, la búsqueda de lo anhelado y lo etéreo, la desilusión por cosas que suelen importar son las bases de una falsa felicidad que inunda, incluso ahoga, este libro. Y sobre todo cuando la duda nos asalta siempre tenemos una visión negra y una respuesta que nunca agrada a nuestros problemas.

Libro inigualable para cualquier lector que tenga un mínimo aprecio por la vida y no dude de ver el vaso medio vacío en todos los ámbitos de su vida.

Yo creo en Holden Caufield y en lo que decía a una generación deprava, insensible, déspota y sobre todo pérdida de gente falsa.

martes, 9 de diciembre de 2008

Intransigencias incongruentes



He visto a la virgen me ha dicho que me drogue, he visto a la virgen me ha dicho que ella también se pone, me metió en la boca una pastilla me dijo que me subirá al tercer día…

Me ha dicho que María Magdalena, no era puta era camella. Me ha dicho que todos los santos son de mi bando y se hacen speed, me hablado de Fátima, de Trinidad, del Padre, del Hijo y del que nos viene a pasar…

Evitando acabar como una indigente esperando que la rescate el cine independiente, con lo que tú has sido y tu sola te has hundido…

Ahora en la disco ya no bailas sino te pones y la mitad de la cabeza te has rapado, te has apuntado a audiovisuales y ahora escuchas Blas y las Astrales.

Monja encerrada, monja enclaustrada, monja mojada… toda la tarde en el convento el tiempo pasa muy lento, ¿la madre superiora esta en tu onda? la madre superiora esta cachonda, ¿al monaguillo le levantas las faldas? Les dejas oler tus bragas… te llevan leche y huevo las vecinas, te van más las bolas chinas…

¿En la biblia guardas el interviú? para entrar en trance esnifas superglú…

Sor sexodicta vamos a terapia, Sor sexodicta vamos a dar caña, Sor sexodicta vámonos de putas, Sor sexodicta vámonos a Coruña, Sor sexodicta vámonos de Popper a castrar maricones!!

Me miro en el espejo y soy feliz y no pienso nunca en nadie más que en mí, leo libros que no entiendo más que yo, oigo cintas que he grabado con mi voz…

Encerrado en mi casa todo me da igual, ya no necesito a nadie no saldré jamás. Y me baño en agua fría sin parar y me corto con cuchillas de afeitar… me tumbo en el suelo de mi habitación y veo mi cuerpo en descomposición…

Ahora ya soy independiente, ya no necesito verte… ya soy autosuficiente al fin!