Siempre las circunstancias...

No hay un sólo día que no me cuestione al levantarme, la importancia de las circunstancias. Que todo lo que hacemos está condicionado por ellas y son estas mismas las que rigen el cauce de nuestras vidas.

Nunca te ha pasado que, cuando vas tranquilamente por la calle, y te encuentras en la acera de enfrente a alguien al que no veías desde hace mucho... luego al despedirte, piensas: "Sí hubiera tirado por esta calle o si hubiera hecho algo tan insignificante como malgastar (o aprovechar para algunos) mi tiempo en encenderme un cigarro....quizás no hubiera visto a esa persona".

Y si, me diréis que eso es cosa de la casualidad o causalidad, pero yo creo (o estoy pensando a creer) que se debe a las circunstancias, el decidir ya no es mérito nuestro, porque por mucho que decidamos hacer algo, siempre quedarán condicionadas por varios factores. Y eso en cierta medida me jode... no tenemos realmente la libertad de poder elegir.

Hace poco, varias circunstancias condicionaron mi forma de actuar y de ver las cosas, tuve que hacerme cargo de muchas cosas que, sinceramente, no desearía haberme hecho cargo para que engañarnos. ¿Se podría justificar todo a la "madurez" ?... no quiero madurar aún, no quiero darme cuenta de lo real que es el mundo, de las desgracias y alegrías que alberga, de la tristeza, de la soledad, del desengaño del amor, del estancamiento de la amistad, de la monotonía del pensar y del vivir.

No somos libres de elegir a la carta...

Quizás lo que yo deseo, no está en el menú de hoy.