sábado, 29 de marzo de 2008

Corazones de Papel

"Y cuando todo parece perfecto llega la incertidumbre y te saluda"

Fernando Naranjo


"Hagamos un poco de memoria", le dijo el cordero al lobo. Me parece que algo no va como debiera ir a mi alrededor y no lo digo por los recientes descubrimientos en mi vida sino por los impertinentes cambios que afectan a esta, porque no podemos simplemente seguir andando el camino impuesto sin preguntarnos ¿sí habrá algo mejor?.

Espero que no os perdáis por el camino, para ello retrocedamos una semana atrás. Yo creía tenerlo todo, tener poco para no depender de muchas cosas ajenas a mí pero me equivocaba, me equivocaba con tantas cosas que al final el tiempo me puso las pilas (más bien me las metió por el culo), hace una semana me fui a Córdoba (ciudad del pecado) con unos amigos, inocente de mí que pensaba que nada de esto me iba a sobrepasar hasta límites emocionales y afectivos. Para empezar porque tuve la ocasión de entrever a algunas personas, conocerlas mejor, indagando en su personalidad y descubrir (para mi sorpresa) lo mucho que puedo llegar a depender de ellas.

Lo que me dejó atado a la silla fue el hecho de saber... que aún existen personas en mi vida que merecen un lugar de honor en mi corazón (el primero que diga que suena meloso, me hago una pitillera con sus gónadas) y no por aguantarme, sino por saber llevarme con esa magnifica delicadeza que les caracteriza. Me atraen tanto los retos que me proponían que parecería un crío con su primera revista pornográfica, eufórico y con ganas de tocarme. No voy a dar nombres para mantener a esas personas en su más estricto anonimato (sobretodo porque me matearían si supieran que hablo de ellas) pero son grandes personas, cada uno con sus particularidades que muero por descubrir.

Pero no os aburriré con mis hazañas cordobesas puesto que no son lo suficiente aptas para lectores impacientes de acción, drogas y sexo.

"Vamos sintetizando que quiero incarte el diente", le dijo el lobo al cordero. Porque no puedo cambiar las cosas que he hecho en el pasado, porque no puedo pedir disculpas a esa persona que ahora carece y disfruta de mi ausencia, porque no sabría como traicionarte, llevarte por mi camino ahora que sé que eres feliz y no me necesitas. Porque ahora me doy cuenta de muchas cosas que debería de haberte dicho y otras que debería de haberte ocultado, sin más miramientos que mi propio egoísmo y hedonismo, porque ahora sé mirar más allá de lo que mi polla me dejaba ver.

Corazones de papel arrugándose lentamente por el paso del tiempo, la decadencia de las manos y el agua de tus lágrimas.

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