viernes, 19 de diciembre de 2008

Guardianes del Centeno



Creo en Holden Caufield y en el libro y en lo que decía a una generación perdida repleta de hipocresía.

Poco tiempo me faltó para hacerme con un ejemplar de bolsillo de “El Guardián entre el centeno” obra escrita por J. D. Salinger con una exquisita forma y estructura, relatando las desventuras de un joven critico y depresivo destinado a desfallecer ante las adversidades de un mundo lleno, según él, de hipocresía y cosas mundanas sin sentido alguno.

Este enigmático libro en su más dulce forma es igual a querer suicidarse por todo lo que nos rodea ya sea importante, nimio o simplemente tedioso. Es un libro para reflexionar sobre lo que nos rodea lo que nos engulle cada día con su más decadennte mirada, las historias vividas que con el paso de los años solo nos dejan ese áspero y amargo recuerdo que siempre queremos olvidar. Holden Caufield es muy claro a la hora de relatarnos en primera persona sus impresiones acerca de la desfachatez humana y sus consecuencias más cercanas.

Mi conclusión personal sobre el libro ha sido que a medida que crecemos nos vamos dando cuenta de lo insípida que se vuelven las relaciones, las prioridades cambian y solemos reaccionar más ferozmente cuando sabemos que las intenciones no son más que meras promesas que nunca se van a cumplir, la pérdida de identidad, la búsqueda de lo anhelado y lo etéreo, la desilusión por cosas que suelen importar son las bases de una falsa felicidad que inunda, incluso ahoga, este libro. Y sobre todo cuando la duda nos asalta siempre tenemos una visión negra y una respuesta que nunca agrada a nuestros problemas.

Libro inigualable para cualquier lector que tenga un mínimo aprecio por la vida y no dude de ver el vaso medio vacío en todos los ámbitos de su vida.

Yo creo en Holden Caufield y en lo que decía a una generación deprava, insensible, déspota y sobre todo pérdida de gente falsa.

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