jueves, 23 de octubre de 2008

Más al sur del Edén

Sexo, follar, cojer, coitar, fornicar, trincar, mojar el pizarrín, bañar la nutria, echar una canita al aire, ñaca ñaca, hacer el amor, pasar el plumero, echar un polvo, el mete saca, sobar el tuerto, traca traca, rellenar el pavo, partir al medio, chingar, echar un casquete, matar el oso con puñaladas, tarari tarari y un largo etcétera…

Miles de sinónimos podemos encontrar para la definición de lo que comúnmente conocemos como la reproducción del acto sexual, o como me gusta denominarlo, ¡vamos a follar!, porque como ya nos dijo Fernando Tejero en Fuera de carta, "El idioma español a la hora de insultar es muy rico y extenso".

Y es que no llegamos a comprender cuan valioso es follar y permitidme el atrevimiento pero correrse es lo mejor que Dios nos ha podido dar, una pena que sus representantes en la tierra nos lo quieran limitar constantemente para la procreación de la especie humana en fin… no me adentrare en tierras pantanosas y me limitare a seguir con el tema del sexo.

¡Si señores y señoritas! hay que saber disfrutar del buen sexo, correrse como mínimo una vez al día para desahogar las penas pasadas y venideras, controlando los excesos y sabiendo donde tenemos el imite sexual. ¿Sabéis cuantas calorías se pierden en el sexo?, ¿Cuántas terminaciones nerviosas intervienen a la hora del orgasmo?, múltiples beneficios son los que nos ofrece el sexo o el onanismo en su defecto, es decir aliviar las tensiones, mejorar el estado anímico, depresiones, mal humor, disgustos, problemas matrimoniales, de parejas e incluso problemas con amigos o de carácter social. Nadie puede infravalorar este don que se nos ha dado, desde la monogamia a la poligamia pasando de la heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad, matizando en las miles de filias sexuales que nos llegan a provocar excitación o morbosidad.

No nos podemos quejar ¿eh? tenemos muchas opciones en las que elegir aunque algunos dirán que ciertas opciones no se les ha pasado por la cabeza y por lo tanto no tienen esa "libertad" de elección, yo sigo difiriendo con esto sinceramente, creo que tenemos todas las opciones a la palma de la mano la cuestión es saber que tenemos que descartar y que saber aprovechar en un momento dado.

Aun así existen muchas limitaciones, biológicas, sociales, psíquicas e incluso físicas que me entristecen al ver como cada vez la moral y el corazón tienen que batirse en duelo en miles de cuerpos pre adolescentes, maduros y seniles que cada día se preguntan por qué escogieron el camino tan arduo lleno de decisiones superfluas, de explicaciones que no tienen que dar a nadie.

¿Pueden ellos disfrutar del sexo igual que tú? me gustaría pensar que si, pero a que precio…


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